El plátano que todo lo arregla.

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brian griffin

Hola mozas/os, ¿como os trata la vida?
Hoy, aprovechando el aire primaveral que se respira por la comunidad valenciana, voy a contaros una de esas cosas extrañas que solo las/os escleróticas/os entendemos. Os adelanto que esta basado en hechos reales.
Bueno, a ver como explico yo esto sin caerme de la silla invadida por una mezcla de hilaridad y condescendencia.
Vosotros, amigas sufridoras en casa, o en la calle, o en la compra, o en los bares… bueno, en los bares no, que ahí tienen zumo quita-penas. Pues vosotras sabéis estas cosas que te regalan en el kit de esclerótica (vértigos, vejiga hiperactiva, la espasticidad, los calambres, etc) pues las primeras cosas de la lista lo mismo no, pero los calambres y la espasticidad tienen fácil arreglo:
¿Habeis probado a comer plátano?
Así dicho puede que suene a un estupidez como el sombrero de un picador, perdonad porque no se me ocurre una manera mejor de decirlo y que suene menos estúpido. ES como decirle a un ciego que tome mas zanahoria que es buena para la vista… Bueno, pues este pedazo de consejo se lo dieron a mi adorada socia de Planeta Esclerótico (que ya estáis tardando en entrar en nuestro instagram o facebook y a haceros mega fans) Un día la muchacha se encontraba pues como ya sabéis, las piernas un poco pesadas, algún que otro calambre, lo normal, y se le ocurrió verbalizarlo. Entonces una voz profunda cual oráculo de los dioses le dijo, «eso tiene arreglo, come plátano» (imaginar esa frase con la voz de Dark Wader, vale. Que queda mas impactante) a lo que mi adorada socia le debió contestar y tu come mi****, pero no, como ella es la parte políticamente correcta (y cuqui) de nuestra sociedad, pues lo miro con condescendencia y le dijo «vale, gracias» (a todo esto espero que el gremio de cultivo de plátanos no me este leyendo, que se va a poner el precio por las nubes). a lo que susodicho iluminado respondió «nada, mujer. Que menos mal que no ELA» (hombre, pues si, pero tampoco es el sueldo Nescafé, a ver si nos entendemos).
¿No os queda la sensación de estar haciendo el gilipollas?; si los plátanos son la solución… ¡¿que carajo hacemos diciéndole al neurólogo lo de los espasmos y los calambres?! ¡Id a hablar con vuestro frutero, por el amor de Dios!
La cuestión es que, por lo visto, las escleróticas hemos venido al mundo a ganar paciencia a raudales, en proporción ganamos en paciencia mas o menos lo mismo que Belén Esteban en euros por programa. Yo preferiría lo de los euros y la paciencia pues ya me la cultivo yo en casa, pero no me dieron a elegir, me toco lo de respirar profundo, contar hasta 28 millones y eso. Que le vamos a hacer, no podía ser alguien tan guay y estar forrada. Tenia que ser una ex-cancerosa, reconvertida en esclerótica que en el camino perdió el filtro. Cosas de la vida.
He de decir que mi venerada socia, a la podéis seguir en el blog «Yo soy Múltiple (cuando le sale de las narices escribir, eso si) recuerda ese episodio como una mezcla de perdida de fe en la humanidad y búsqueda de billete a otro planeta que mole más, porque lo de la paciencia a raudales ya como que se la bufa mucho.
Cuando me lo contó intenté hacerme la sorprendida, pero me sale raro, me sale voz de pito. A estas alturas de la película he aprendido (que no entendido) que la gente saludable entre que va al baño y a tomar por culo (que es dónde yo los mando) han hecho sus 10 años de medicina (especialidad y doctorado incluidos) y por ello se permiten la osadía de decir lo de «quítate el gluten» o «hazte vegetariano» (como cura, no por convencimiento personal. La 2ª opción es totalmente respetable), «pues tampoco es para tanto, he visto la peli 100m y el tipo hizo el Ironman» (el bendito Ramón Arroyo lo hizo para darnos visibilidad, pero no contaba con el porcentaje de tontos que habitan este país), y lindezas de ese estilo. Porque ellos saben que esto es solo cuestión de estilo de vida, que las neuronas se hacen las locas de comer carne (como las vacas) o que, lo de siempre, como no vas en silla de ruedas o llorando por los rincones, pues es cuestión de actitud.
En cierto modo estoy de acuerdo,a mi me ha dado por tener una actitud de «que os den por donde no os da el sol», que, fíjate por dónde, es la mar de liberadora. Está feo que una futura psicóloga diga estas cosas pero os recomiendo esta actitud. Os vais a topar con un número increíble de gente (cercana o no) que a falta de entender de qué va la película, pues se queda con lo que le ha parecido entender, y eso le vale para todo. Que los tenistas comen plátano entre set y set, pues eso es güeno para todos, y así con todo. Mientras, nosotros nos parecemos cada vez más al emoticono de la gota de sudor en la frente, o al que le sale humo de la nariz…
Bueno, lo dicho, bajar esta tarde a la frutería y comprar un palé o dos de plátanos, que eso y la frase «podría ser peor» van a hacer de nuestras vidas un lugar idílico.
Yo, que soy del género rebelde, voy a por un lanzallamas y una ballesta. Si la inquisición española lo curaba todo con fuego, lo mismo a mi me funciona también.

Esta entrada es, merito absoluto de Elia Higuera, a la que admiro y quiero (no por ese orden)

Brian Griffin Peanut Butter Jelly Time
Blog: Yo soy Multiple